martes, 26 de julio de 2016

Qué paz

No sé lo que es la paz, porque nunca la encuentro. Pero hay algo que siento cada vez que mi cabeza deja de decirme qué hice mal al final del día. Debe ser ese momento en el que tu cerebro deja de guiar tus pasos. Ni siquiera él sabe dónde llegarás, simplemente te paras a escucharlo. Escuchas a todos aquellos que paran por tu vida y deciden indicarte miles de direcciones que tú nunca preguntaste. Para qué coño quiero seguir tus pasos.

Creo haber encontrado algo parecido a la paz en todos mis errores, en aquellos "y si" pero no, en esos "tú" pero tampoco, en esos "debí de" pero nunca hice. En tantos y tantos errores. No os engañéis, nunca aprendí de ellos, pues siempre los repito. Jugué a ser humano y me equivoqué mil veces. Quise lograr metas que no sabía que existían y evidentemente, fallé.

Tantas cosas pasan por mi cabeza y tantas me preocupan. Tantas tormentas tiene mi vida... y aquí está un marinero entre todas ellas, con cara de gilipollas, esperando la siguiente. Qué paz.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Quema

La vida me frustra más que cualquier combate del Tekken. Ya no me vale con apretar todos los botones, ahora los tiempos avanzan, tienes que saber cuales tocar. Quizás me esté equivocando y simplemente me acompañaba el azar cuando -casi- pegaba cabezazos al mando para ganar. Lo mismo me ocurría con mi vida, me despertaba con la tranquilidad de que todo iba, y al acostar, igual.

Es al crecer cuando he visto lo que en realidad esconde la vida. Me recuerda a una hamburguesa del Mcdonalds. Esa pinta que tiene en el anuncio, que hasta te dice "cómeme" se convierte en decepción cuando ves un filete muerto de pena acompañado de dos trozos de pan que se encontraron detrás del radiador. Así es la vida cuando avanzas un poco, una puta hamburguesa. No he cenado, se nota.

Ahora todo me quema. Me quema el tiempo si lo pierdo, y más aún si lo tengo. Me quema la gente, pero más aún si no está. Me quemas tú, pero eso a ti te da igual, y me quema más. He escuchado algo que decía "ideas fijas, mente errante" y lo creo, pues nunca cambiaré de pensar, y sé que es erróneo. Como cuando siendo niño encendías un mechero a sabiendas de que te ibas a quemar, y te quemabas, qué mas da, la ampolla duraba un día, pero el poder hacer lo que querías valía más. Un segundo de 'placer' por un día de malestar. Me salía a cuenta eso, como me sale ahora el resto.

Bueno, tú no, pero lo vamos viendo.


 Antes me refería a esta canción, Dellafuente - Ángeles.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Horas de sueño

Si no escribo de noche, no merece la pena. Ahora son las 3 y 22, he tenido un día largo (de 24 horas, podéis catar el chiste a lo Buenafuente), 8 horas laborales, recados y un peluquero moro que en su afán por creerse el Zinedine Zidane de las peluquerías me ha cortado en la cara pero "tranquilo amigo que tampoco sangra tanto". Claro, claro. 

Pensando en por qué de noche mi cerebro empieza a funcionar mejor, o simplemente a funcionar, recuerdo la canción de la Mala Rodríguez, que se llama por la noche, no tiene pérdida. No me sé la canción, pero la condenada es top 3 mundial por delante de las Irinas de palo y las Angelinas con morros como los de Ronaldinho. Dice que por la noche todo lo que escuchas es ruidos de animales y coches, y sí. Ronquidos, perros ladrando a 400 kilómetros de distancia y ese canto de algún pájaro con síndrome de down que se ha calentado a las tres y se ha puesto a cantar. ¿De quién será ese perro que siempre ladra?

Hasta aquí no te he dicho nada interesante, pero entiende que tengo que quemar este rato hasta que me acueste, hice una pausa para ver el vídeo de la Mala, qué guapa y qué borde es. En serio, aquello que te habla la gente profunda de "debes de encontrarte contigo mismo", de noche lo consigues. Y es que lo bohemio que tiene la noche es la paz y la soledad que tiene, que pareces el puto Joaquín Sabina en gallumbos por tu casa. Pero vaya, que así te lo habrá pintado capitán gafas, porque yo me he cansado de mi, qué soy poco interesante. El cuento de la soledad, que si no siempre es mala, ya ya.


Claro que la soledad no es mala, ni la cerveza, gilipollas, pero si te bebes 7 al día pues acabarás dando saludos a mi padre por ahí, donde esté. Lo mismo con la soledad, excesiva mal. No es soledad emocional, hace falta ser tonto para sentirse solo. ¿Sabéis a quién le gusta mucho estar solo? al novio de la chica que os gusta, a Joaquín Sabina y a ese gilipollas que te tira medio cubata en la discoteca.

Con esto de tener paz y esas movidas tan complejas, he aprendido a escuchar y casi amar, estilos musicales que antes obviaba, ver series que me olían a cartón e incluso empezar a entender a personajes a los que antes seguiría por el ebro para darles con un palo bajo gritos desgarradores de Isco Isco. Ahora en serio, tener tiempo es un cagarro. Disfruta del día, pásatelo trabajando 24 horas, o borracho, pero no tengas tiempo para ti, porque no te va a gustar.


El calvo añora el pelo y el que lo tiene odia peinarse. Es por eso, no entiendo a aquel novio que reza para escaparse de su parienta, pero cuando estás en el otro lado, no entiendes como el otro prefiere estar solo. En esta ecuación no soy el calvo, con lo demás me he liado, pero calvo no, no jodamos con eso. A mi me han engañado, vivir solo no es vivir en paz, la paz es bienestar, la soledad ya tal.

lunes, 21 de septiembre de 2015

(No) Deberías

Si has escuchado alguna vez aquello de "deberías cambiar de", enhorabuena, tenemos algo en común. Alguna persona, bien sea tu madre, tu padre o tu amigo el espabilado, te habrá dicho que "tu vida es..." "tu trabajo es..." "deberías de...". 

Por alguna razón que sólo ellos conocen, esas personas se creen con derecho a gobernar en tu vida, por si no tuvieras bastante con dirigirla tú. Una madre siempre será un madre, pero no por ello tendrá el poder ni el don celestial de encarrilar tu vida hacia el camino que ella quiera escoger, pues tu vida tuya será, como tus ambiciones o tus sueños.

Da igual lo que opinen, quien sea. Cualquier persona en esta vida vivió algún momento similar, ¿qué sería del mundo si todas aquellas personas con sueños fuesen arrastradas al carril de la mediocridad humana donde conformarse con algo, o más bien nada, sería lo habitual? renunciar a tus metas por consejos de terceras personas que jamás lograron conseguir las suyas es, queriendo ofender, de auténticos mediocres.

Haz caso a tus padres, haz caso a tus amigos, a tu pareja y al cura que te dijo que las pajas te dejarían ciego, a la madre que te recomendó estudiar algo con salidas y no algo que de verdad te hiciese feliz, al hombre que no quiso entender que podías hacer de tu afición, un trabajo. Renuncia a lo tradicional si es que no es lo tuyo, haz lo que quieras, y si lo que quieres es ser mediocre, pues también, disfruta de ello.

Todo esto que escribí antes me recuerda a una canción que ya tiene unos cuantos años. La escuchaba de pequeñajo, no es que yo tuviese buen gusto pues es el mismo que ahora, pero mi padre tenía carisma ahí. Me dijo que Frank Sinatra debió de llevar una vida de 10, de aquellas que jamás querrías olvidar. Una vida que nosotros no viviremos, a mi no me queda bien, o simplemente no me entra, el sombrero. "My Way" explica a la perfección lo que es anteponer tus deseos a los del resto, vivir tu vida, que no la vivan. Los lamentos llegarán después, pero nunca en forma de tristeza, simplemente, admirar tu obra, aquello que hiciste, haces y quién sabe, harás.

En resumen, si pones fin a tus sueños, pones fin a tu vida. Ni tan siquiera correrá el tiempo, lo estarás tirando.

La canción.... tiene miles de versiones, ni siquiera la escribió Sinatra. La más personal, para mi gusto, Robbie Williams.

martes, 1 de septiembre de 2015

Jurar

Nunca existió. Como los Reyes Magos, Jesucristo o los billetes de 500€. Te han hablado de ella como algo noble en lo que siempre deberás creer. Las palabras te pueden alegrar, te pueden herir y si tu amor propio es algo que desconoces, te pueden matar. Sin embargo, la validez de las palabras es nula.

Siempre suena pesimista, pero no, esta vez suena sincero. Las palabras jamás tendrán valor alguno, es aquello que decimos para agradar o para dañar, son y serán siempre nuestros actos y decisiones aquellas que representen nuestra forma de ser. Fijaos si las palabras son falsas. Podrás decir que no quieres más, pero tendrás hambre. Podrás decir que quieres a una persona, aunque en el fondo prefieras tu zumo tropical marca hacendado (que tu amigo Carlos te dirá, enfadado, que no es zumo). Podrás decir muchas cosas, pero posiblemente, sientas otra.

Os pondré un ejemplo. Una persona, llegado el momento, me juró querer. A mi, yo sin sentirlo, ya ves. Al cabo de un tiempo, esa persona desapareció de mi vida para seguir con la suya. En ese tiempo, jamás llegué a sentirlo, y mucho menos, decirlo. Entendí pues que, aquellas personas que de verdad me quieren, se lo han callado todo este tiempo. Jamás he necesitado escucharlo para saber que estarán ahí. No será (por suerte) un querer como el de esa chica, y es que las personas que me quieren simplemente se preocupan por mi, y dejan que yo me preocupe por ellos. Son aquellas que, sin palabras, estuvieron a mi lado en todos aquellos momentos en los que yo necesité algo que, en silencio, me demostrase más que todas aquellas palabras que alguien pudiese pronunciar.

Por eso no te extrañes si nunca te juro con palabras. Extrañé a mi padre cuando se fue sin decirle cuánto le quería, pero estando a cada minuto de mi vida a su lado. No pasa un día en el que no hable con mi madre, simplemente, para saber que el día fue idéntico al de ayer. Vivo por y para saber que mi abuela disfruta de su tiempo con nosotros, y que pueda presumir de tener unos nietos que la tienen en un altar, pese a no ir afeitados siempre. Y por último, intento demostrar cada día a la gente más cercana a mi, a mi familia, que cuando tengan un mal día, cuenten conmigo tanto como yo he contado con ellos.

Todo esto, lo último, no lo diré jamás con palabras. Jamás le diré a mi madre que la quiero, pensará que algo malo hice. Jamás se lo diré a mi abuela, "cuánto me quieres, ay" dice. Mucho menos, se lo diré a ellos, pensarán que me volví loco. Y quizás, jamás te lo diga a ti. No es nada personal, es que a todas aquellas personas que no se lo digo, las quiero cerca de mi, por mi camino. Quisiera decírtelo, de verdad, pero por mi salud espero que jamás me lo digas, no me pongas en ese compromiso. Si de verdad me quieres, me queda mucha vida por andar, vente, pero no digas nada. No quiero escuchar, ni de ti ni de nadie, nada más. Nunca tuve que hacerlo, no lo haré jamás.

Suena bastante deprimente, pero qué va. Hablo de querer a las personas cercanas de la única forma que sé, estando a su lado. Además, os he mencionado el zumo de hacendado, dadle una oportunidad porque es auténtica calidad. No es como mis macarrones nostálgicos, aquellos que no llevan queso, pero para estas horas siempre sabe bueno (el zumo, los macarrones ahora es de auténtico acabado).

domingo, 9 de agosto de 2015

Menos palabras

Me hablaron mal de ti, ella te conocía. Me dijeron que de niño eras de mala vida, de los que con 14 querían una moto y nada de la escuela. Cuando creciste creían que no serías un hombre de familia, pero por mi, sin haber nacido, dejaste las motos para pasarte a los pañales. Poco podía conocerte, salías sin amanecer y ni tan siquiera al cerrar los ojos tras el día, escuchaba la puerta. Un día me vinieron a buscar al colegio, quería hablar contigo porque quería un balón, el del mundial de 2002, pero me dijeron que estabas fuera trabajando. A los dos días me enteré de que estabas ingresado, ya lo que vino después se queda entre nosotros. Me contaron que no volverías a ser tú, que pocos salían de ahí. Me dijeron demasiadas cosas, todas ellas mentira. Lo que vieron mis ojos, con tu lucha y tu esfuerzo, es lo único que guarda mi cabeza. Todas aquellas palabras no las guardo.

De ti también me hablaban. Eras una chica trabajadora que supo ayudar en casa con un hermano que nació con problemas. De joven conociste a un chico andaluz que se dejó caer por Miranda para trabajar. No teníais mucho en común, hasta que me tuvisteis a mi. Luchaste por nosotros, por él y por ti, pero apenas te quedó tiempo para lo último. Lo que la vida no te pueda perdonar, lo haré yo. De aquellos malos días no queda nada. Tu vida vuelve a ser tuya, más feliz que lo que nunca imaginé verte. Me dijeron muchas cosas, pero hoy te veo bien, y mañana aún mejor

De vosotros la gente hablará de todo. A unos os habrán llamado raros, agresivos o malos. Sin conoceros, ya os habrán juzgado por un mal día. Algunos lo habéis pasado jodido. Estudiáis y os buscáis la vida para poder terminar con ello, os pateáis lo que haga falta por encontrar trabajo, y sin embargo cuando cojo el teléfono y os llamo ahí os tengo. Me habrán dicho muchas cosas, pero me quedo con las que me habéis demostrado. Me dijeron de todo, pero me quedé con vosotros.

De ti abuela no dijeron nada, tus croquetas son la hostia. 

De ti aún no me han hablado, y no quisiera. De ti me quedo con lo que no veo. No veo el mal, no veo lo que verás en mis ojos ni veré, supongo, algo mejor. Tendrás tu historia, y alguien querrá contármela. Tendrás todo, y yo no tendré mucho más que esto, pero para ahorrarte palabras, no quiero que me digas nada.

¿De mi? de mi te habrán contado, pero no te hace falta escuchar. Yo soy lo anteriormente nombrado. Soy parte de él y de ella, soy parte de ellos, soy parte de mi sangre y quizás, si la vida me deja un as, seré parte de ti. De lo demás, no soy nada.

Me dijeron muchas cosas, y todo era mierda. Me dirán cosas peores, de ti depende creerlas. 

sábado, 8 de agosto de 2015

Macarrones


Te has quedado frío con el título, pero estoy en un descanso del trabajo y mi cabeza sólo puede pensar en ellos. En realidad, piensa en demasiadas cosas al mismo tiempo, que si en trabajo, en mujeres, en mujeres también, en qué canción quiero poner y quizás, sólo quizás, reserve tiempo para seguir pensando en mujeres.

Me siento un pureta de 60 años que se engancha a la barra del bar con el AS y se queda mirando la contraportada, con esa modelo colombiana o del Perú con más goma en las tetas que cualquier coche en las ruedas, y que le cuenta al camarero el chiste de la barra de pan (eh, es magistral). Mi realidad es similar. Dejas la fiesta el primero, 'hay que currar', como un señor mayor ya. Te plantas a dar un repaso a la prensa antes de ponerte al lío, que uno siempre tiene que estar enterado. En realidad, todo lo que busco se basa en el hijo de Don José Ortega Cano, pero ya no veo nada, pobre José Fernando, nadie te entiende. Si acaso miro el Instagram, a ver qué veo. Paisajes, paisajes, boxeo, boxeo, algo de UFC y finalmente mi parte favorita, esas fotos de amigas apretadas y sonrientes que se juran con palabras largas y con muchas 'i' amor eterno para siempre, o al menos hasta que encuentren novio y se olviden.

Me pongo a hablar con un compañero de curro, ayer salió y me dijo que conoció a una chica, supongo que como todos cualquier noche. Le pregunto si ha visto el inicio de la Premier, que lo de echarse novia queda lejos mientras llevemos esta vida de madrugadas y mañanas de cama, tardes de cañas y si libramos, noches largas. Al menos no hablamos de las fotos que me subís al Facebook con vuestras parejas en las playas de Benidorm, mira que yo tengo poca clase con esto del chándal adidas y los calzoncillos más falsos que el DNI que os hacéis para pasar a cualquier bareto con olor a gomina y gañán con ganas de rascarse a una menor.

Me han quedado los párrafos bastante largos, aquí ni siquiera es como un artículo, no te voy a poner negritas ni un par de fotos de un futbolista algo guapete. Si estás leyendo esto es porque te aburres (o quizás te caiga bien, en ese caso puedes invitarme a echar unas cañas de 16 hasta las 2am cualquier día normal), pero seguramente tú te hayas puesto a pensar en algo de lo que dije antes. ¿Has pensado en amor en los últimos 20 minutos? ¿tienes dudas sobre qué canción poner porque de golpe no te gusta nada? ¿te has preguntado dónde coño tiraste los calzoncillos al llegar a casa de fiesta y tienes miedo de que algún día tu madre vaya y los encuentre encima de una lámpara? enhorabuena, somos amigos.


Ahora en serio, sólo quería contarme a mi mismo el placer que me supone el verano cuando trabajas. Me he olvidado de lo que supone hacer las maletas y marchar a algún lugar, el poder hacer planes (lo odio). Me he conformado con las cañas con los amigos, alguna que otra charla en el coche, algún pueblo en fiestas y unos partidos de frontenis. Digo conformar, pero lo que quiero decir es que he tenido la suerte de poder compartir mi tiempo con gente a la que confío todo lo que tengo, que no es mucho más que una cartera con una tarjeta destrozada, un pelazo que ya quisiera cualquiera de Calbacete y un carácter fácil de odiar. Ayer conocí a una chica a la que llevaría al teatro y regalaría flores, lejos de mis tardes de boxeo y alguna caña con algún tío que me saque 10 años y me hable de mi padre, me diga que es hora de marcharnos a Ibiza y me cuente sus planes de boda. Os prometo que era una maravilla, pero claro, a mi no me dejan pasar a las discotecas de lujo, como para que ella me abra sus puertas. 

Pero no preocuparse gente, no voy a caer rendido el primer día ante una mujer que me hable de Santiago Serrano y me haga perderme en sus ojos, no jodo con eso. Al menos, no hasta que me diga que ayer soñó conmigo haciendo un caño a Isco. Me dijeron que qué coño hago ilusionado por algo que no pasará. Verás, mermao, de niño y no tan crío empecé a creer en mi mismo, empezaba a jugar con muñecos y ya me veía en una velada de boxeo con un micrófono celebrando que Spiderman había ganado a Gordon, que era el muñeco malo que tenía, ni siquiera sé quién era, pero así lo llamó mi madre cuando lo metí en la nevera junto con mis gafas y una zapatilla. No sé de qué coño estaba hablando, me he desviado, pero vaya, si no me la ligo yo, lo hará otro peor. Dejemos que ella decida, siempre me quedará decirle a algún amigo que tampoco me gustaba tanto.

¿Os habéis catado de que el título parece el de una película de mierda del cine español? dadle a eso.